Víctor Hugo, en el prefacio a Cronwell (1827), anuncia el advenimiento de lo grotesco como propio del espíritu moderno, pues la simetría estática de la belleza y la pulcritud de las formas habían ocultado las mil caras de la fealdad. En la dualidad genérica grotesca se perfilan lo deforme/ horrible y lo cómico/ jocoso como modos de expresión de la estupidez humana y la violenta naturaleza. Precisamente, en “Horror bizarro. Antología de literatura grotesca” de editorial Cthulhu, nomenclatura de evidente factura lovecraftiana, se ahonda en el malestar a través de cuerpos defectuosos, seres que realizan actos aberrantes y monstruos que transitan entre el asco y el deseo. Los 27 cuentos y 11 poemas, los cuales abarcan desde el espacio peruano hasta el español, han sido seleccionados por Marcia Morales Montesinos, quien desde varios años traza las rutas por donde transita el terror actual en nuestro país.
Sin embargo, en esta ocasión, la antología no transita por el terror sino por lo abyecto: nos hallamos ante un libro que reclama el lugar del asco a través de las parafilias, violaciones tortuosas, maquinaciones perversas para provocar sufrimiento y la liberación de todos los humores y excretas corporales. El lector se verá interpelado por una sucesión de historias donde continuamente se alude al hombre como una bestia que se goza en el dolor ajeno o, también, en criaturas que materializan miedos ancestrales: una fauna que viola y devora, por ejemplo, aparece en “Mundo Marino” de Ariel Tenorio. Aunque varios de los cuentos contienen ecos repetitivos (meter- matar- sacar- desmembrar- devorar) que quizá podrían provocar un efecto contrario (la interpelación del asco, en algún momento, posiblemente se normalizaría), es necesario destacar esa incomodidad que asoma desde la portada: la imagen mariana convertida en un ente famélico y deforme anuncia la caída de ideales higiénicos civilizatorios y nos devuelve a la arena primitiva de nuestra naturaleza (ese otro lado bestial que nos constituye y que dinamita las bases sociales). De los fluidos, gritos y restos que habitan en las hojas de “Horror bizarro”, destacamos, en orden de gusto, cinco cuentos y tres poemas:
CUENTO
- “La bola de Carne” de Mariano Avello (Chile): Cuento redondo que me generó una sensación ambigua porque Avello ha logrado enlazar el asco y la ternura: un niño que parece gestar un homúnculo, un uno de carne, membranas y huesos frente a una madre cansada que lo reconviene. De repente, de la reprimenda anodina y de la imagen de la mujer como bruja se pasa a una narración de tintes míticos: “Grandes torres de carne se elevaron hacia un cielo sanguinolento y enormes extensiones de piel cubrieron los desiertos más calientes del mundo. Un millar de ojos y oídos actuaron en conjunto y observaron la eternidad de la única existencia que lo dominaba todo.” (144) Religión, fuerza y razón son devoradas por una descomunal bola de carne cuyo destino final parece devolvernos al vientre.
- “Episodio infernal” de Jorge Luis Cáceres (Ecuador): ¿Acaso no hay mayor horror que detenernos en nuestra historia? ¿Acaso a los países latinoamericanos no nos hermanan los cuerpos anónimos que develan torturas brutales por parte de nuestras autoridades? Cáceres nos interna por los recuerdos de Ricter, un antiguo teniente implicado en crímenes de lesa humanidad, y en su bestia ejecutora Máquina durante los convulsos años ochenta de Ecuador. Mas la historia no solo se detiene en la sucesión de escenas de vejaciones a rehenes sino en el porvenir de los militares tras la guerra y en las materializaciones fantasmales de las víctimas que reclaman venganza.
- “Emisarios de la aberración” de Mariano Giménez (Paraguay): Narración en primera persona de tintes poéticos donde el cuerpo mismo se convierte en una enorme cadena que se rebela contra sí: cada párrafo presenta la fragmentación física del ser y, con ello, la pérdida del sentido de la realidad porque el cuento reclama el retorno a un mundo carente de conciencia. No hay una continuidad de hechos varios, solo el acaecer de un cuerpo destruyéndose.
- “El dios triste” de Jorge Sánchez (México): Imposible no observar las relaciones intertextuales evidentes (“El extraño” o los grimorios falsos y las familias malditas que pululan en los relatos de Lovecraft) que desliza el autor y las dos voces que acaban perfilando una imagen otra del monstruo: del ser anómalo solo amado/alimentado por la madre se pasa al humano que se ve atraído a una entidad ultraterrena e inabarcable en una sola mirada. Empero, este ser nos cuenta un relato distinto porque parece ser, como su alusión a “Flores para Algernon” de Daniel Keyes, inconsciente de su mentada malignidad.
- “Fotosíntesis” de Mª Angeles Seguí (España): Este es quizá el único cuento extraño para la antología porque está lejos del territorio del asco: un ente vampiro- planta que habita en el Sanatorio Mental de Fuentecilla nos revela particulares formas para obtener su alimento. Quizá es una de las pocas historias donde el cuerpo femenino no acaba maltrecho ni sometido bajo el falo devorador del hombre o del monstruo; aquí, ese acto parece despojarse de violencia.
POESÍA
- “Orendo, el magnífico presenta” de Jorge Díaz Untiveros (Perú): Poema a modo de proclama circense que llama a la visión de un ave sometida bajo la crueldad de la mirada. El verso final inserta una distancia irónica con respecto al espectáculo del circo: contemplar el sufrimiento.
- “Bosque oscuro” de Connie Tapia (Chile): Inmersión en la profundidad siniestra de los bosques donde las brujas y demonios dan rienda libre a sus correrías lúbricas y solo alumbradas bajo la luz de la luna.
Cabe destacar que la edición física de Horror Bizarro presenta una impecable tapa negra con un sello en alto relieve que activa la figura de Cthulhu, además de un listado con los datos de los autores y del ilustrador; salvo errores de escritura que requieren mayor cuidado en la corrección de estilo, los cuentos construyen un sendero violento y hórrido para dar rienda suelta a nuestros más abyectos deseos.
MÍNIMA DATA
Título: Horror Bizarro. Antología de literatura grotesca.
Año de publicación: 2017
Lugar: Lima, Perú
Selección: Marcia Morales Montesinos:
Número de páginas: 201